Hay números que, si uno los piensa, son escalofriantes. Este es uno de ellos: doscientos cuarenta números de una publicación hecha verdaderamente a pulmón no es algo que se dé tan seguido. Más si esa friolera de números responde a una trayectoria que ya superó la mayoría de edad.
Ahora mismo, mientras escribo estas líneas (y tal como vengo haciendo en los últimos meses) estoy escribiendo el borrador de lo que será el editorial de este número. Seguramente este tema deberá estar presente, aunque también hay otros que me están dando vuelta en la cabeza y también quiero que estén.
Y pienso, también, en mis amigos editores, en su capacidad para dejar claras sus ideas en una página, en los tantos y tando editoriales que Eduardo Carletti ha escrito para Axxón. "¿Cómo hacés?", le pregunté alguna vez, cuando sabía que había estado trabado. "Me siento a escribirlo y sale, porque en realidad está ahí", fue a veces la respuesta. Y es como los cuentos que salen de un tirón, que en realidad están dentro de la cabeza, procesados en background, y prácticamente sólo resta volcarlos en palabras.
Sea como sea, en horas, nomás, sabré el resultado.
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Hace 11 horas.