Una cosa que no me banco demasiado es encasillarme. Me gusta salirme de las casillas, ir probando distintas formas de hacerlo. Si no, siempre es lo mismo, y a la larga, por más que se empiece con pasión, termina aburriendo. La repetición no es buena consejera, la magia se esfuma y no quedan más que caricaturas de aquello que empezó con todo.
Por eso prefiero saltar entre el dibujo, la ilustración, la programación (que para mí es una forma del arte), la escritura, y hasta la escultura y la música, que suele serme esquiva debido a mi torpeza.
Cuando es necesaria la ayuda de un psicólogo
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Como muestra la práctica, a menudo las personas comienzan a notar que algo
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Hace 14 horas.
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