domingo, 15 de diciembre de 2013

Hasta las manos

Hay momentos y momentos. A veces, hacerse de un tiempito con la cabeza relativamente fresca se hace una tarea imposible. Y es por eso que no paso por aquí para ponerlos al tanto de mis andanzas axxonitas.

Sin embargo, que hay algunos hitos que no se pueden dejar pasar así porque sí. Por ejemplo, que Axxón superó los treinta millones de visitas a su portada. Ya hablé de eso en el editorial de este mes de diciembre: a pesar de que cada vez ese número parezca menos relevante (——porque hay muchos accesos directos a otros sectores de esa enorme red que es el sitio——) igualmente es un número más que interesante para un medio dedicado al género fantástico. Si a eso le sumamos que el número que está en marcha (y que crece a lo largo del mes, como siempre) es el 250 (porque la revista tuvo número 0), creo que tenemos razones suficientes para festejar.

En un plano más personal, tengo que hablar de uno de mis proyectos más entrañables: llegamos (de nuevo, ahora en el blog) a las quinientas tiras publicadas de El Encarrilador. Y a pesar de los intentos de continuarla, debo decir(me) que por ahora seguirá así. Hay varias razones; pero la más importante es que de encarar el proyecto nuevamente quisiera hacerlo de una manera que hoy no puedo ni imaginar. Igualmente, creo que por este lado puede haber un par de novedades, aunque ninguna sea la continuación de la historia.

Por último, las ilustraciones. Creo que me salen cada vez más aceptables. Me siento conforme con los resultados actuales, siempre teniendo en cuenta que se hacen en ratos libres y de ninguna manera profesionalmente. Con la salida del número 20 de la revista PRÓXIMA logré colocar una portada en cada una de las revistas que más quiero: ¡cartón lleno!


Pero no puedo quejarme de nada: esto, sumado a la vida familiar, forma parte de lo que significa Ser Axxonita.

martes, 6 de agosto de 2013

Cien estampitas

La original, en el blog.
Hace unos minutos, nomás, acabo de subir la ilustración número 100 a Digitales y AnalógicAxx. Tendría que ver cuál fue el ritmo de publicación, pues generalmente acompañó y reflejó, hasta ahora al menos, mi fiebre ilustrativa, y también las épocas en las que por una u otra causa no hice nada.
Tampoco sirve para ver cuán famoso me hice, pues no creo que un blog de este tipo, hecho por un tipo como yo, pueda alcanzar fama alguna. Quiero que simplemente sirva para mostrar lo que mal o bien me sale, lo que creo publicable (hay otro montón de cosas que no llegarán allí, seguro), y tal vez como un documento histórico para que después alguien diga, en un futuro muy lejano, "¡mirá en qué boludeces perdía el tiempo!".
Mientras, y si no lo hicieron, pasen y vean, a modo de restrospectiva.

sábado, 8 de junio de 2013

Soplar al pedo

En el camino diario al trabajo, el trayecto que lleva desde el subte hasta mi oficina me invita a recorrer las (hoy castigadas) plazoletas que bordean la Avenida 9 de Julio de la ciudad de Buenos Aires.
A esa hora (alrededor de las nueve de la mañana), allí  trabajan los jardineros y cuidadores municipales, algunos haciendo lo que se puede ante la falta de respeto de la gente, que pisotea lugares que no deberían ser pisados, y estos muchachos que le dan, con la mochila sopladora, a todo lo que se encuentra a su paso.
Me pregunto si esto tiene sentido. Desconozco cuál es la idea que trae el uso de este aparato, pero me imagino que debe ser uno de esos implementos que benefician la salud de quien lo porta, porque no es lo mismo llevar un motor sobre la espalda, que va quemando combustible fósil (sí, el motor es a explosión, calculo que similar en potencia al de una motito liviana, de bajo cilindraje) que andar barriendo con una escoba, que no quema más combustible que el usado por el barredor en el uso de sus músculos. Bueno, sí, hay desgaste de la escoba, claro, cada tanto hay que cambiarla. Y además, uno así, con la mochila sopladora, se ahorra el andar pinchando papel por papel, latita por latita. Con la sopladora se van las hojas, los papeles, la tierra fértil (porque se usa sobre tierra sin pasto), se levanta una nube de caca seca de perro y andá a saber qué otras cosas, y todo esto mientras el piso esté seco, porque si no minga que va a levantar algo. Y si hay viento, bueno, no importa, por ahí ya pasamos soplando y si la naturaleza nos hace la comtra, mala suerte.
Esto es como los porteros que usan cascadas de agua para evitar la escoba: una vereda mojada parece limpia, qué joder.
En fin, creo que este tipo de cosas deberían empezar a revisarse, porque no dan el resultado deseado e, imagino, deben ser el negocio de unos pocos, derrochando tontamente recursos que posiblemente luego lamentaremos.

lunes, 1 de abril de 2013

Disquisiciones inocuas

Siempre, de una manera u otra, volvemos a rizar el rizo.
Me refiero a la ya eterna discusión sobre géneros literarios y la literatura en general, entre la capacidad de las grandes editoras para ocupar omnipresentemente las vidrieras y lo cortos que nos quedamos los demás a la hora de ocupar ese lugar que creemos nuestro.
Voy a pensar en esto, pues ya estamos en abril y en estos días arrancará un nuevo número (el 241) de Axxón.
Están invitados a opinar.

Nos escribimos,
Daniel

Pd: el título de la entrada es el nombre de una vieja sección de Axxón, creada por Fernando Juliá.

sábado, 2 de marzo de 2013

240 números de Axxón

Hay números que, si uno los piensa, son escalofriantes. Este es uno de ellos: doscientos cuarenta números de una publicación hecha verdaderamente a pulmón no es algo que se dé tan seguido. Más si esa friolera de números responde a una trayectoria que ya superó la mayoría de edad.

Ahora mismo, mientras escribo estas líneas (y tal como vengo haciendo en los últimos meses) estoy escribiendo el borrador de lo que será el editorial de este número. Seguramente este tema deberá estar presente, aunque también hay otros que me están dando vuelta en la cabeza y también quiero que estén.
Y pienso, también, en mis amigos editores, en su capacidad para dejar claras sus ideas en una página, en los tantos y tando editoriales que Eduardo Carletti ha escrito para Axxón. "¿Cómo hacés?", le pregunté alguna vez, cuando sabía que había estado trabado. "Me siento a escribirlo y sale, porque en realidad está ahí", fue a veces la respuesta. Y es como los cuentos que salen de un tirón, que en realidad están dentro de la cabeza, procesados en background, y prácticamente sólo resta volcarlos en palabras.

Sea como sea, en horas, nomás, sabré el resultado.

sábado, 19 de enero de 2013

Enero tardío

Buenas.

Diversas razones de índole personal hicieron que el año axxonita (no mío, sino de Axxón) arrancase un poco más tarde que de costumbre, pero cuando lo hizo, me parece, fue contundente.

Cuando me llegó el primero de los cuentos (cuando le llegó a mi alter ego, el ilustrador) lo disfruté enormemente. Al volver a leerlo, durante el armado, volví a disfrutarlo, y creo que es un cuento que puede gustarle mucho, por ejemplo, al escritor Alejandro Alonso, quien gusta mucho de los rulos temporales (y no hablo del jopo del Capitán Kirk).
Luego, un artículo clase Z... Z de "zombi", claro, tan en boga últimamente. Aquí, de vuelta el alter ego haciendo de las suyas, esta vez sobre fotos de una marcha zombi por la ciudad.

Igual, poco pueden estas ilustraciones contra la maravilla, entre tantas maravillas, que nos regala cada tanto Guillermo Vidal, y que esta vez, nuevamente, utilizamos como tapa.

Por cierto, y como si todo estuviese flotando por ahí y uno pudiera captarlo, un editorial que parece hilvanar el número, aún cuando fue escrito antes de conocer el contenido del mes. Así se dan las cosas, a veces.

Todavía, el número 238 de Axxón no murió, así que vaya uno a saber qué sorpresas deparará. Y el año recién comienza.

Espero que para todos sea un año fabuloso.

lunes, 24 de diciembre de 2012

Un regalo de Navidad

Hay un cuento de Yoss (escritor cubano) que se llama "Los meandros de la historia" en el cual, en clave de humor, una organización se dedica a acomodar la historia humana según las necesidades de sus clientes.

No, no es exactamente eso lo que pasó, pero siempre viene a mi cabeza ese titulo cuando los vericuetos y rizos de la realidad parecen armados para que calcen a la perfección, como en las películas y los libros.

Hay una palabra que es el Alfa y el Omega de toda la historia que quiero contarles. Esa palabra es "Despedida".

Déjenme explicarles. Conocí a Diego Fernando Prado Riestra por razones laborales, trabajando en HP. Luego de un par de proyectos juntos, yo me moví a otra cuenta y luego dejé la empresa, pero mantuvimos el contacto.
Por otro lado, conocí a Laura Ponce a través de Axxón, y aunque ella dejó la revista para dedicarse a sus propios proyectos (en especial su revista Próxima) siempre estamos en contacto, y tengo la dicha de que hoy Laura sea una de mis mejores amigas.

¿Qué los une?
La imagen en cuestión
Resulta que Laura me pidió, hace un tiempo, una ilustración para un cuento. La misma no cumplía con ciertos requisitos (caía en el peor de los pecados: contaba de más) y fue reemplazada por otra. Sin embargo, la ilustración inicial me había gustado y la agregué como ilustración libre en Digitales y AnalógicAxx, mi blog de ilustraciones, acá al lado, con la invitación a que alguien la cuenteara.
Gran sorpresa gran (para mí, calculo que no para ustedes a esta altura): Diego recoge el guante y me manda un cuento. Yo le digo que sí, que lo voy a leer, y sin embargo distintas obligaciones me impiden leer el cuento.
Hasta antes de ayer. Sábado a la mañana abro el documento y lo leo de un tirón, Y me encuentro con un muy lindo cuento, que no sabía muy bien por qué, me resultaba navideño (ahora lo sé, pero me lo guardo). Así que se lo reenvío a él, con algunas sugerencias, y también a Silvia Angiola, la directora literaria de Axxón.
Así, tras un pequeño cambio de nombre, aparece hoy mismo en Axxón, como regalito de navidad para todos y marcando el debut literario de Diego, al menos en nuestra revista.

No creo estar diciendo demasiado si les cuento que en el relato de Diego hay una despedida. Hoy, abriendo el original de la ilustración que lo inspiró para la escritura, me doy cuenta que "Despedida" era el nombre inicial del cuento que salió en Próxima.

Así, de una despedida a otra, los dejo con este regalito de navidad.
Que la pasen muy, muy bien.